Recipiente transparente: La mayoría de los terrarios se hacen en recipientes de vidrio transparente, lo que permite la entrada de luz y la observación del ecosistema interior.

Sustrato: Los terrarios suelen contener tierra, arena o sustratos especiales adecuados para las plantas que se desean cultivar. El tipo de sustrato varía según las necesidades de las plantas.

Plantas: Los terrarios suelen albergar plantas que prosperan en entornos húmedos y cerrados, como helechos, musgos, suculentas, bromelias y orquídeas. La selección de plantas depende de la humedad, la luz y la temperatura del terrario.

Humedad: Los terrarios pueden crear un ambiente húmedo, ya que el agua se evapora y luego se condensa en las paredes del recipiente, volviendo a caer al sustrato. Esto mantiene un ciclo de agua que es beneficioso para las plantas.

Luz: Las plantas en un terrario necesitan luz para la fotosíntesis. Colocar el terrario en un lugar con luz indirecta brillante o usar luces LED específicas para plantas puede ser necesario si no hay suficiente luz natural.

Cierre: Los terrarios cerrados tienen una tapa que puede sellarse herméticamente, lo que crea un sistema cerrado. Los terrarios abiertos permiten que el aire fluya libremente y son más adecuados para plantas que no necesitan alta humedad.